Oscuridad 

¿Cuál es tu cárcel? Es el miedo, el rechazo, la ansiedad, la depresión, las recaídas, la enfermedad, el fracaso, la muerte y/o la soledad.

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¿Cuál ha sido tu obstáculo?

¿El mío?

La etiqueta me la dio un psiquiatra, trastorno de la ansiedad generalizada(TAG), básicamente es una enfermedad mental que te incapacita para actuar, debido a que el grueso de la vida te genera unos niveles de ansiedad muy hptas.

Sumado al trago, sustancias y “compañías idóneas”, tuve un coctel perfecto para llegar en varias ocasiones a lo que hoy, son sólo historias entretenidas las cuales en el pasado generaron mucho dolor.

Sin embargo, la parte de acabar en esos lugares y en esos momentos, era un precio con el que estaba dispuesto a convivir, siempre y cuando, pudiese callar por unas horas mis pensamientos de un profundo autodesprecio y del martirio de la desconfianza y la inseguridad.
 
Esta mierda me jodía a tal punto que, pararme para timbrar en un bus, contar billetes al frente de alguien o, háblame de asistir a una reunión social; fácilmente podía convertirse en un infierno en mi cabeza. 
 
Pasó mucho más de un década, antes de llegar a un punto de inflexión y de negarme a seguir viviendo en esa oscuridad,  antes de mirarme con bondad y decirle a esa puta enfermedad, que se joda. Antes de tomar la decisión de que el miedo ya no dictaría los términos de mi vida, que me importa un tarrado lo que diga la ciencia, la psicología o cualquier otra persona.
 
 
Existen muchos caminos para buscar tu sanidad, tu tranquilidad o cultivar tu amor propio: La iglesia, Dios, la psicoterapia, los medicamentos, las lecturas, los AA, los cursos, los videos y mil más. En lo personal, en todos encontré herramientas útiles, no obstante, la respuesta que esperaba no llegó de ninguno, en ninguno encontré una píldora mágica, un milagro o algo parecido.
 
Considero que creer en algo es importante, sin embargo, creer en mi lo es mucho más. Nadie, desde mi experiencia, bajó a tocarme para sanar mi ansiedad, y sí que tuve oraciones fervientes; esto no es una crítica, ni desconozco el favor de Dios en otras áreas, es mi historia sobre cómo observé que muchos entraban a un templo siendo unos y salían siendo otros, “nuevas criaturas”, transformados e irreconocibles; y todo esto es válido pero que bueno que no fue así para mi
 
 
Con la certeza de que todo es mi responsabilidad; estoy creando mi propio destino, no esperaré a que suceda un milagro o, a tener una gran revelación que me cambie la vida para siempre. Escojo todos los días, tomar un camino similar al de los grandes, a quienes admiro, llámese: Jesús, Tony R., David Goggins, Andrew T., Peter Diamandis, Michael Jordan. Donde la excelencia, la dificultad y el dolor, son necesariamente, partes del mismo.
 
 
 
Ya había tocado este territorio, el de querer ser, hacer y tener, sin embargo, lo pise con la creencia absurda de que la motivación servía para alguna mierda y que caminaría erguido para siempre, jaja, la habilidad que tiene el ser humano para mentirse es extraordinaria y deberías reconocerla para usarla en tu favor. 
 
 
Hoy por hoy la diferencia radica en que no dejaré de dictar una exposición ante 10, 100 o 1.000 personas porque “me tiemblan las manos, la voz o cualquier otra cosa”, no dejaré de madrugar porque pasé una mala noche y amanecí enfermo, no dejaré de entrenar porque estoy muy cansado y “debería descansar”, sencillamente, no dejaré de trabajar en mí. Hay una pregunta que el jodido David Goggins se hace “¿Quién seguiría en estas malditas condiciones?” Yo, yo seguiría. Ahora sé que perder, si sucede, no tendrá nada que ver con el hecho de que no entregué todo cuanto podía.
 
Si te encuentras en la ansiedad, en la depresión, en una adicción, o en cualquier otra cárcel que te tiene atascado; realmente lo siento, pero sentirlo no va a cambiar nada.
 
 
Vas a tener que entender, en tu momento, que no hay lectura, curso, pastilla, profesional o sustancia que te vaya a sacar de ahí. Y no estoy diciendo que no sean herramientas valederas, estoy diciendo que la teoría te la sabes de memoria y lo que necesitas es la práctica de todo eso que ya sabes que tienes que hacer y has estado postergando, ya deja de excusar tus fracasos.
 
 
 
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Soy Sebastián Páez, este es mi primer blog, espero que te guste bastante y te sirva de algo. estaré pendiente si quieres hablar de tus obstáculos conmigo.
Sebastían Páez G.
sebastianpaezg.com
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